Tras la sentencia del 22 de octubre en la que el Tribunal Constitucional declaró que el aborto eugenésico (selectivo) no es compatible con la Constitución polaca, ayer domingo 25 de octubre del 2020 se produjeron actos de violencia frente a las iglesias en Polonia. El presidente del episcopado polaco expresa su preocupación.

En una declaración específica tras los actos de violencia, que en algunas iglesias impidieron a los creyentes rezar y participar en la Eucaristía, el presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, S.E. Arzobispo Stanisław Gądecki pidió que las opiniones personales se expresen de una manera socialmente aceptable, respetando la dignidad de cada ser humano. Estos hechos fueron la reacción a la reciente decisión del Tribunal Constitucional.

En un comunicado, el presidente del Episcopado recordó que la posición de la Iglesia católica sobre el derecho a la vida se ha mantenido inalterada y públicamente conocida. Citando la encíclica Evangelium Vitaede Juan Pablo II, destacó que «La decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin (…) „Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. (…) Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo”» (Evangelium Vitae, 57).

El arzobispo Gądecki señaló que no es la Iglesia la que constituye la ley en nuestra patria y no son los obispos quienes toman decisiones sobre la conformidad o no conformidad de los estatutos con la Constitución polaca. Por su parte, la Iglesia no puede dejar de defender la vida, ni puede renunciar a proclamar que todo ser humano debe ser protegido desde la concepción hasta la muerte natural. En este punto la Iglesia –como reitera a menudo el Papa Francisco– no puede transigir, porque sería culpable de la cultura del rechazo tan extendida hoy en día y que siempre afecta a los más necesitados y vulnerables.

En la Declaración del Presidente del Episcopado subrayó que «la vulgaridad, la violencia, la escritura ofensiva y la perturbación de servicios religiosas, así como las profanaciones perpetradas en los últimos días –aunque pueden ayudar a algunas personas a liberar sus tensiones– no son el modo de acción apropiado de un estado democrático». Expresó su tristeza por el hecho de que hoy en muchas iglesias se haya impedido a los creyentes orar y que, por la violencia, se les haya quitado el derecho a profesar su fe.

El arzobispo Gądecki invitó a las personas a expresar sus opiniones de una manera socialmente aceptable, respetando la dignidad de cada ser humano. Alentó a todos a dialogar sobre cómo proteger el derecho a la vida y los derechos de las mujeres, y pidió a los periodistas y políticos un sentido de responsabilidad por la paz social para no aumentar las tensiones.

Oficina de Comunicación Exterior de la Secretaría de la Conferencia Episcopal de Polonia

Texto completo de la Declaración:

Declaración del Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca tras la profanación de iglesias (25 de octubre de 2020)

La decisión del Tribunal Constitucional –relativa a la protección de la vida de los niños enfermos– ha suscitado reacciones sumamente desconcertantes en muchas personas de nuestro país.

La misma posición de la Iglesia Católica sobre el tema del derecho a la vida es inmutable y públicamente conocida. «La decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin, ni como medio para un fin bueno. En efecto, es una desobediencia grave a la ley moral, más aún, a Dios mismo, su autor y garante; y contradice las virtudes fundamentales de la justicia y de la caridad. „Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo”»(Evangelium Vitae, n. 57).

Sin embargo, me gustaría recordarles que no es la Iglesia la que constituye la ley en nuestra patria y no son los obispos quienes toman decisiones sobre la conformidad o no conformidad de los estatutos con la Constitución polaca. Por su parte, la Iglesia no puede dejar de defender la vida, ni puede renunciar a proclamar que todo ser humano debe ser protegido desde la concepción hasta la muerte natural. En este punto, la Iglesia, como reitera a menudo el Papa Francisco, no puede transigir, porque sería culpable de la cultura del rechazo que hoy está tan extendida y que siempre afecta a los más necesitados y vulnerables. «Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si „todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si „ya no sirven” —como los ancianos»(Tutti fratelli, n. 18).

La vulgaridad, la violencia, la escritura ofensiva y la perturbación de servicios religiosas, así como las profanaciones perpetradas en los últimos días –aunque pueden ayudar a algunas personas a liberar sus tensiones– no son el modo de acción apropiado de un estado democrático. Expreso mi tristeza por el hecho de que hoy en muchas iglesias se haya impedido a los creyentes orar y que, por la violencia, se les haya quitado el derecho a profesar su fe.

Les pido a todos que expresen sus opiniones de manera socialmente aceptable, respetando la dignidad de todo ser humano. Necesitamos diálogo, no actitudes conflictivas o febriles intercambios de opiniones en las redes sociales. «El auténtico diálogo social –escribe el Papa Francisco– supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos»(Tutti fratelli, n. 203).

Una vez más, animo a todos a dialogar sobre cómo defender el derecho a la vida y los derechos de las mujeres. Pido a los periodistas y políticos que no aumenten las tensiones, sino tengan un sentido de responsabilidad por la paz social.

Pido a todos los fieles que oren por los niños por nacer, por los padres que esperan hijos y por la conversión de los que usan la violencia.

+ Stanisław Gądecki

Arzobispo Metropolitano de Poznań

Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca

Vicepresidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE)

Poznań, 25 de octubre del 2020